Desde 2013, Alamusha ha sufrido malos tratos debido a su negativa a admitir su culpabilidad, que se intensificó cuando abrazó el cristianismo mientras estaba en la cárcel. La prisión de alta seguridad de Hohhot, en el sur de Mongolia, ahora rebautizada como prisión número 3 de Hohhot, ganó notoriedad por su tortura sistemática y sádica de los reclusos. A pesar del cambio de nombre, persistieron las prácticas abusivas por parte de los guardias.
Alamusha, un estudiante de arte de 28 años de una familia de pastores, intervino en una pelea callejera en 2013, lo que llevó a una identificación falsa como el principal instigador y a una sentencia de 15 años de prisión en la prisión de alta seguridad de Hohhot. Su calvario, común para quienes niegan su culpa, se intensificó cuando descubrió el cristianismo en la cárcel y declaró su conversión.
Contrariamente al propósito de la prisión, la nueva fe de Alamusha resultó en una tortura más severa. Un sádico oficial de policía y un compañero de prisión lo golpearon, causándole una perforación del tímpano. Al quejarse, fue aislado, recibiendo un sustento mínimo y obligado a beber de un urinario. Encadenado, expuesto a temperaturas bajo cero y con los pies congelados, prometió no presentar cargos para asegurar su liberación.
Las quejas de la familia llevaron a que volviera a la reclusión en régimen de aislamiento, donde fue despojado de sus pertenencias personales y se le dio ropa usada. Durante más de cuarenta días, permaneció encadenado, soportando constantes palizas, atado a un banco de tigres y enfrentándose a la inanición con raciones de comida reducidas.
Este post está basado en la información de la revista “Bitter Winter”.
https://bitterwinter.org/christian-inmate-tortured-in-notorious-southern-mongolia-prison/